La Seguridad Social española, un pilar fundamental del estado del bienestar, presenta un sistema de pensiones que se caracteriza por su dinamismo y flexibilidad. Esta estructura permite adaptarse a las necesidades de cada trabajador, siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos mínimos. Por ejemplo, la edad de jubilación varía dependiendo de los años cotizados, lo que introduce una complejidad en el acceso a este derecho. Actualmente, la jornada laboral se establece en 40 horas semanales, aunque el Ministerio de Trabajo, bajo la dirección de Yolanda Díaz, ha comenzado a sentar las bases para reducirla a 37,5 horas. Ante estos cambios, surge una pregunta crítica: ¿deberían la edad de jubilación y la jornada laboral ser iguales para todos los trabajadores? Esta cuestión es planteada por Alfonso Muñoz, un funcionario de la Seguridad Social, quien invita a reflexionar sobre la equidad en el entorno laboral.
La realidad de la jubilación en cifras
De cara a 2025, la edad de jubilación está fijada en 66 años y ocho meses. No obstante, aquellos que hayan cotizado al menos 38 años y tres meses tienen la opción de jubilarse a los 65 años. Este marco se aplica de manera uniforme, lo que significa que un trabajador puede estar en la misma situación que otro, sin importar la naturaleza de su labor. Una camarera de pisos, una profesora o un abogado enfrentan la misma edad de jubilación, lo que plantea interrogantes sobre la justicia de este enfoque.
En lo que respecta a la jornada laboral, a excepción de algunas excepciones o lo que estipulen los convenios colectivos, la norma establece que todos los trabajadores deben cumplir con la misma carga de 40 horas semanales. De este modo, un joven de 25 años y un trabajador de 65 años son tratados de la misma manera. ¿Es esta una medida coherente? Esta es la reflexión que Alfonso Muñoz sugiere a sus colegas y al público en general.
Desaceleración laboral: un debate necesario
Muñoz plantea una reflexión que, en su opinión, no está suficientemente presente en el debate público. La conversación se abre con un caso real: “Hace unos días, una compañera de 65 años y medio me llamó, agotada laboralmente, preguntándome cuándo podría jubilarse”, relata. Este ejemplo pone de manifiesto la realidad de muchos trabajadores que, tras años de esfuerzo, se encuentran con la traba de una normativa que no considera sus circunstancias individuales.
La historia de esta mujer, marcada por irregularidades laborales, la crianza de sus hijos y un entorno laboral cada vez más exigente y competitivo, es común. “Con 25 años cotizados, no puede jubilarse hasta los 66 años y 8 meses”, explica Muñoz, quien lamenta que la única opción que le queda es “aguantar hasta esa fecha”. Este caso pone de relieve una problemática más amplia: “Poco se habla de los trabajadores que apenas pueden llegar a los 67 años realizando labores físicamente exigentes, como aquellos que suben andamios o hacen guardias interminables en un hospital”, añade.
¿Equidad en el entorno laboral?
Muñoz se refiere a un perfil de trabajador que se encuentra “quemado física y mentalmente”, pero que está “condenado a remar en galeras sin descanso hasta la extenuación”. Cada vez más expertos coinciden en que es difícil que una persona pueda alcanzar los 67 años en plenas capacidades físicas y mentales bajo las exigencias actuales del mercado laboral. Esta situación invita a replantear la noción de desaceleración laboral, donde se busquen medidas que permitan reducir progresivamente la carga laboral de los trabajadores mayores, adaptándose así a las nuevas realidades sociales.
En este contexto, Muñoz formula una pregunta clave: “¿Por qué debe tener la misma jornada laboral un joven de 23 años que un trabajador de 65?” A partir de esta inquietud, sugiere líneas de actuación que podrían cambiar el panorama actual. Resalta la importancia de fomentar la jubilación parcial, una medida que el Ministerio de la Seguridad Social ya está considerando, no solo para permitir a los trabajadores mayores descansar antes de su jubilación total, sino también para facilitar el relevo generacional en el mercado laboral.
Reflexiones finales sobre la reforma laboral
Las dinámicas del mercado laboral español están en constante evolución, y la necesidad de una reforma que contemple la diversidad de trayectorias laborales es cada vez más evidente. La realidad de trabajadores que, a pesar de haber cotizado durante décadas, enfrentan desafíos significativos para alcanzar una jubilación digna, es un tema que merece ser debatido con seriedad y urgencia.
La propuesta de una desaceleración laboral y la flexibilización de la jornada laboral según la edad y las circunstancias de los trabajadores podría ser un paso fundamental hacia un sistema más justo y equitativo. En un ecosistema financiero donde la adaptación es clave, el debate sobre estas cuestiones no solo es relevante, sino absolutamente necesario para garantizar un futuro sostenible y humano para todos los trabajadores en España.








